«Ser emprendedores en tiempos difíciles»

Confieso que siempre he querido escribir un post sobre esta historia; es una historia real, una historia que todos conocemos porque se hizo muy popular gracias a un libro y una película titulados ambos con el nombre de «Viven»

En la página oficial de «Viven» describen la historia de la siguiente manera:

«El viernes 13 de Octubre de 1972 un avión uruguayo, que llevaba 45 pasajeros a Chile, de los cuales muchos eran estudiantes y jugadores de un equipo de rugby, se estrelló en la Cordillera de los Andes.

Doce murieron a causa de la caída, los sobrevivientes a esta tuvieron que soportar entre otras cosas a la temible Cordillera, treinta grados bajo cero durante las noches y al hambre.

Finalmente dos de los muchachos decidieron cruzar la cordillera, para intentar llegar a Chile.

De esta manera es como el 22 de diciembre de 1972, después de haber estado durante 72 días aislados de todo, el mundo se entera que dieciséis vencieron a la muerte en la Cordillera de los Andes.»

Y siempre me ha impresionado esta historia no por el morbo de que tuvieran que comer cadáveres para sobrevivir; eso creo que después de todo no es más que la misma necesidad del ser humano de subsistir. Lo que más me llamó la atención de esta historia es la capacidad que tiene el ser humano para afrontar situaciones extremas, capacidad que supera todos los límites que nosotros mismos nos queramos imponer y que sin duda nos deja sorprendidos.

Esta historia si lo pensamos no es ni más ni menos que la historia misma del hombre, de sus éxitos y fracasos y sus increíbles paradojas.

Uno de los supervivientes de ese accidente fue Roberto Canessa y de él es el video de una de sus conferencias que merece la pena ser visto por las cosas que dice y como las dice. Hoy en día Canessa es Cirujano especialista en casos cardíacos pediátricos. La vida le dió una segunda oportunidad y la dedicó a los niños.

Esta conferencia que es del año 2009; tenía el título de: «Ser emprendedores en tiempos difíciles», y hoy en día, en pleno 2012 es absolutamente aplicable lo que nos dice en esta conferencia.

Dice cosas como:

«Cada uno tiene su cordillera para subir, y a veces son varias en la vida».

«En el momento menos pensado se te cae todo alrededor y hay que salir adelante y no perder nunca la alegría de vivir.»

Dentro de el vídeo, otro de los supervivientes de aquel accidente Nando Parrado dice algo que me parece realmente sincero y humilde: «Me llaman héroe pero en lo profundo de mi alma se que no soy un héroe; no quise estar en ese accidente, no quise pasar los 72 peores días de mi vida en ese lugar, no quise sentirme de la manera que me sentí, no quise perder a mi madre, no quise perder a mi hermana, no quise perder a mis amigos, no quise ser un héroe; sólo quería salir de allí; yo sólo quería vivir.»

Eso lo dice una persona que ha sobrevivido a las condiciones más duras a las que un ser humano puede estar sometido; y me llama la atención su humildad frente a tantos y tantos que hoy en día se creen héroes y se cuelgan medallas sin haber hecho absolutamente nada digno de ser destacado.

Roberto Canessa en la parte final de su conferencia dice cosas que son creo auténticas lecciones de vida:

«Es uno mismo el que tiene que salir a buscar adelante las soluciones».

Nunca perdieron el sentido del humor, el que tenía un chiste lo contaba en voz alta y el que quería llorar lloraba en voz baja. Y si tenías ganas de llorar, podías llorar, pero no podías dejar de caminar. El sufrimiento va por un lado y la acción va por el otro.

Una de las palabras que más se usan hoy en día es «emprendedor» y hay que hacerlo y hay que intentarlo porque como Roberto Canessa dice con ironía, la situación en la que ellos estaban es comparable a la «empresa más pobre», y sin embargo salieron adelante por la capacidad que tiene el ser humano de hacer cosas de la nada, y subraya hasta donde puede llegar el potencial de un ser humano movido por las ganas y la pasión por hacer las cosas;

Así que hay que ponerse las pilas y caminar; y además no hay que creérselo nunca.